Marisol Misenta, más conocida como Isol, es una ilustradora y escritora de libros infantiles argentina. Con 26 títulos publicados en 17 idiomas, su especialidad es narrar a través del diálogo entre imagen y texto escrito. Su trabajo ha sido reconocido internacionalmente en el año 2013 con el Astrid Lindgren Memorial Award (Suecia), una de las distinciones más prestigiosas en la literatura infantil.
Isol es una autora invitada de Los Ángeles Libros Festival, un festival literario bilingüe para toda la familia. L.A. Libros Fest se presentará virtualmente en Facebook y YouTube el viernes 24 de septiembre de 9 a.m. a 12 p.m. y el sábado 25 de septiembre de 10 a.m. a 2:30 p.m.
El tema del festival este año es Imagina un mundo mejor. ¿Cómo crees que tus libros e historias nos ayudan a imaginar un mundo mejor?
La verdad es que en mi experiencia la literatura y el arte en general nos dan libertad, comprensión de los otros y de nosotros mismos, humor e inspiración, también nos conectan con nuestra sensibilidad y creatividad. Un mundo de personas con estas características es un mundo bello, ¿cierto? En mi trabajo busco tocar esas fibras humanas que son reales y comunes a muchas personas, para poder jugar con esas impresiones, pensar, reírnos juntos, expresar inquietudes, observar el mundo que nos rodea y a nosotros en relación con él, desde un lugar de no juzgar tanto a los otros, de estar abiertos a la aventura y creer en nuestros poderes creativos más allá de lo que piensen los demás. Eso tiene que ver con mi elección gráfica también: mi manera de dibujar, de colorear, tiene que ver con mi personalidad, que no es igual a la de otros. Eso me parece importante: saber que son posibles muchas miradas y quehaceres, que no hay una sola manera de hacer las cosas para que estén “bien”.
¿Cuáles son algunas de las cosas que tú haces para hacer realidad el mundo que has imaginado?
Bueno, trato de ser la versión de mí misma que más me gusta, de dar cosas inspiradoras, de seguir siendo curiosa y no quedarme con certezas rígidas. Me gusta imaginarme cómo se sienten otras personas, y tratar de entender las diferentes visiones y sentires, y eso es lo que me inspira. Trato de no ser miedosa y de aprender cosas para crecer, para ampliar mi mirada. Festejo la posibilidad de la belleza y amor en el mundo, pero no niego que hay conflicto e ignorancia, y que es necesario ser conscientes de nuestras elecciones, de cuáles son las consecuencias de lo que hacemos y por eso me parece muy potente usar estos conflictos en las historias, seguir haciendo preguntas.
¿Cuáles historias te inspiraron cuando eras niño/a?
De niña leía mucho, me gustaban las novelas de caballeros medievales, de aventuras... Me gustó mucho Robinson Crusoe, Las aventuras de Gulliver, los libros de Dickens...eran los libros de niño de mis padres. También me gustaban mucho los comics, especialmente Mafalda, de Quino, con un personaje de niña muy inteligente, preguntona y un poco pesimista que a veces se parece a los personajes de mis libros. De los cómics aprendí mucho de cómo narrar usando a la vez imágenes y textos. Otro de los primeros libros que recuerdo como muy inspirador fue Crónicas marcianas de Ray Bradbury, a los 12 años. Ese extrañamiento de lo humano me resulta hasta hoy muy inspirador.
Me han inspirado también los libros que tenían imágenes de obras de arte, ya que mi padre pintaba y tenía muchos libros de pintura de todos los tiempos. Creo que eso también hizo que tuviera una mirada bastante amplia con respecto a los diferentes estilos artísticos.
Si tu libro fuera adaptado al cine, ¿Cuáles actores elegirías para interpretar a tus personajes?
Primero debería elegir cuál libro...creo que me costaría muchísimo ponerles un cuerpo humano a mis personajes...por eso no hago películas. De mi libro Petit, el monstruo hay una serie animada, y ya me costó al principio oír sus voces y verlos moverse. Pero estoy muy contenta con la serie. La estética de mis libros es parte de lo que cuento, por eso siento que sin eso casi no podría sentirlo mío.
Pero...alguien me dijo que mi libro Piñatas podría ser una película de Tim Burton. Algo así sería divertido.
¿Qué consejo le darías a alguien que aspira a ser escritor o ilustrador?
Es difícil dar consejos, porque todo depende del deseo de esa persona, que es lo que va a guiar su camino artístico. Pero si es alguien que aspira a ser un creador, le diría que busque qué es lo inspira personalmente, que trate de encontrar una voz propia. Eso no significa no aprovechar toda la maravillosa obra de otros artistas que tenemos para aprender de sus hallazgos, al contrario, a través de esas lecturas y miradas podemos encontrar nuestra propia voz. No pensaría en un lector diferente de mí, en un sentido de tener una estrategia para niños de 3, de 6 o de 12 años, si no en conectar con lo que a mí me emociona hoy y también poder conectarme con mis emociones de niña, con esa mirada menos contaminada, para crear desde un lugar más juguetón, sin pensar tanto en un resultado definitivo desde un comienzo. Las mejores cosas surgen de estar probando y jugando, como una receta de comida nueva o un baile. Un libro puede surgir de estar escribiendo sin pensar mucho, o un dibujo de un crayón que nos gustó sobre un papel de colores se puede transformar en un personaje. También creo que es importante encontrar pares, lugares de pertenencia, compañeros de camino que nos ayuden con su mirada y nos enriquezcan con sus aportes, un medio que nos sea propicio para florecer.
"Festejo la posibilidad de la belleza y amor en el mundo, pero no niego que hay conflicto e ignorancia, y que es necesario ser conscientes de nuestras elecciones, de cuáles son las consecuencias de lo que hacemos y por eso me parece muy potente usar estos conflictos en las historias, seguir haciendo preguntas."
¿Cómo te sentiste la primera vez que un libro tuyo fue publicado? ¿Cómo fue el proceso para lograr que tu libro fuera publicado?
Tuve la suerte de que mi editorial favorita en español, Fondo de Cultura Económica, hiciera un concurso de Álbum ilustrado, donde mandé mi primer proyecto, Vida de perros. De acuerdo a lo que publicaban en su colección A la orilla del viento, pensé que era algo que podría entrar allí. ¡Me sentí en el cielo cuando me llamaron (fue el editor Daniel Goldin) y me dijeron que querían publicarlo! Fue entrar por la puerta grande al mundo de los libros infantiles.
Gané una Mención Honorífica y el libro fue publicado, aunque tuve algunas discusiones por la estética del libro, que ellos consideraban un poco demasiado alocada en sus expresiones y a la vez querían que usara más colores. Allí aprendí cómo justificar mi trabajo y decisiones estéticas.
¿Cuáles son los retos de escribir o ilustrar para una audiencia infantil y juvenil?
Creo que es necesario sentir una afinidad con esa audiencia. A mí me encanta el personaje del niño, su mirada iconoclasta. Lo lindo de hacer un libro que va a ser leído por niños es pensar que tiene algo que ver con ellos, y también conmigo. No subestimar a los lectores. No olvidarse de ser franco y sencillo. Ser sincero, ser profundo y no perder el humor y la maravilla. Ser juguetón, ser arriesgado y divertido en las historias. Nunca ser aburrido. Estas mismas cosas te las podría decir en relación a un libro para adultos. La diferencia es que con el lector adulto tengo en común otras experiencias y miradas desde la adultez, puedo contar con cierto recorrido de ese lector por la vida y remitir a esas posibles sapiencias de la memoria, los amores, las frustraciones, el trabajo... Con un niño, pienso desde su perspectiva, y esos temas pueden aparecer, pero desde un lugar de lo que puede experimentar un niño, casi como un alienígena que recién llega a este mundo y está viendo cómo funciona... Me gusta hablar de igual a igual, aunque es claro que no soy una niña, pero tengo un respeto por esa sensibilidad y una mirada maravillada de la infancia, con su parte salvaje y honesta, asi como su parte inocente que espera lo mejor de los otros.
¿Cuál ha sido tu experiencia al lograr traducir tus libros al español o inglés?
En mis traducciones he trabajado con la traductora al inglés, lo cual me deja tranquila con respecto a mantener mi estilo de escritura, que es coloquial, simple y conciso, con un dejo de humor. Creo que han salido bien. La verdad es que tengo que confiar en los que saben más que yo, mi inglés es muy básico, pero como cada traducción es la oportunidad que tengo de comunicarme con nuevos lectores, en general las reviso e intento entender los cambios que me proponen.
¿Cómo crees que las bibliotecas hacen de nuestro mundo un mundo mejor?
¡Una Biblioteca es una oportunidad para encontrar todos los libros que quieras leer sin tener que comprarlos! Mejor que eso no hay. Y además, puedes tener a una persona que sabe qué recomendarte. Me gusta el silencio de la Biblioteca, ya eso la hace un oasis en este mundo con tanto ruido y estímulos. Un lugar que te ofrece tesoros y sólo te pide que los devuelvas luego de usarlos, eso es algo fantástico. Me gustan los libros en papel, me gusta mirar las ediciones y las ilustraciones, el objeto libro. Y me gustan los apasionados bibliotecarios que disfrutan de los libros y contagian ese disfrute. Cualquier disfrute así, que amplía el alma, que surge del descubrimiento, la sorpresa, la emoción compartida con un autor, hace mejor al mundo.
¿Cuáles son tus proyectos futuros? ¿En qué estás trabajando?
Acabo de terminar un libro que será parte de un proyecto del Palestinian Museum, en el que trabajé con unos bordados palestinos como base de una historia ilustrada. Estoy muy contenta con el resultado, es un libro de 76 páginas que por ahora se llama La Costura. Espero que salga también en otros idiomas y territorios. Y me dispongo a ilustrar una antología de cuentos de Julio Cortázar, el escritor argentino (también gran influencia para mí con su estilo de humor y extrañamiento, llamada Animalia). Estoy contenta con estos proyectos porque surgen de convocatorias que me inspiraron, y que no se me hubieran ocurrido a mí. Me dan nuevas ideas para experimentar y probar cosas nuevas, eso es revitalizante.
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